Estamos ante el menos conocido de la familia de patinetes eléctricos. El auge de sus hermanos mayores: hoverboards y scooters, han eclipsado a este fuera de serie de la movilidad personal. Estéticamente es el más compacto y si a esto le unimos su fiabilidad le convierten en gadget muy versátil. Los monociclos eléctricos no se han orientado para el ocio de tus hijos, más bien están pensados como medio de transporte para adultos.
¿Qué debe saber de los monociclos eléctricos?
La estructura de los monociclos es muy simple: una rueda acompañada a ambos lados por dos pedales que sirven para apoyar los pies.
Una de las principales diferencias entre los modelos que encontramos en el mercado son los ejes. Ello determinará cómo va a girar el gadget. Si cuenta con un sólo eje, el propio conductor será el encargado de realizar los giros con su cuerpo. Por el contrario, los de dos ejes son capaces de obtener la inclinación del usuario y girar hacia ese lado. Se trata por tanto de modelos más avanzados que proporcionan más comodidad a la conducción.
Como ocurre con todos los patinetes eléctricos, la autonomía es un factor clave para la elección de un buen modelo. Si vas a usarlo como medio de transporte diario es conveniente elegir uno que te permita grandes distancias. La inversión es mayor, pero hay que tener presente el ahorro en combustible o en autobús que va a suponer tu nueva adquisición.
Además suelen contar con un panel frontal que te indica parámetros como el estado de la batería o te permite la conexión con tu smartphone.
¿Es muy complicado el manejo de un monociclo eléctrico?
Aunque parezca mentira, el tiempo medio de aprendizaje es de unas horas. El momento más delicado es el de subir ambos pies en los pedales. Para ello asegúrate de tener la ayuda de alguien las primeras veces.
El tener una rueda más grande que el resto de patinetes le permite circular por terrenos irregulares. Además, muchos modelos cuentan ya con un sistema de seguridad que detiene el motor cuando el ángulo de inclinación supera los 45º.